Narcodólares y las reservas internacionales. Prisma
Narcodólares y las reservas internacionales
La semana pasada, nos tomó por sorpresa la iniciativa que pretende -de aprobarse en la cámara de diputados- modificar la Ley de Banco de México para que absorba los dólares que circulan en la economía nacional. La propuesta desató polémica porque deja la puerta abierta a que los narcodólares o dinero de procedencia ilícita lleguen a las reservas internacionales.
¿Y esto qué tendría de malo? Dejando de lado el aspecto moral, ¿no sería benéfico tener más dineros en las reservas? podría preguntarse alguno que otro lector ajeno al tema del estudio económico. Preocupa porque es una historia cuyo trágico desenlace (fluctuaciones agresivas en la inflación) ya hemos visto muchas veces en distintos eventos históricos a lo ancho y largo de la geografía mundial.
La iniciativa de reforma a la ley de Banxico obligaría a este organismo a captar dólares que no pueden ser repatriados a Estados Unidos, procedentes de remesas, turismo y el crimen organizado para integrarlos a las reservas y de la misma manera, evidencía algunos problemas estructurales del sistema financiero y podría generar otros más.
La esencia de la autonomía del banco central se basa en la imposibilidad de obligarlo a financiar el gasto del gobierno federal. En otras palabras, Banco de México (Banxico) no debería ser forzado a comprar la deuda emitida por el gobierno federal y de esta forma monetizar el gasto público; tampoco se le puede obligar a comprar el excedente de divisas, este hecho podría desatar variaciones drásticas en la inflación y sanciones internacionales, incluso el congelamiento de cuentas.
En un mundo globalizado solo el hecho de presentar la propuesta derivó en señalamientos de entidades internacionales como la Reserva Federal (FED) del vecino país del norte (y nuestro principal socio comercial), y otros organismos como el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). Pareciera que el gobierno mexicano está empeñado en acabar con la poca confianza que queda con los inversionistas extranjeros.
Esta adhesión de los narcodólares no se trata de una mera exageración. Tampoco tiene que ver con los dólares que ganan los paisanos mexicanos en EU. Con la posibilidad de que grupos criminales laven dinero y este se vaya a las reservas da lugar a que autoridades extranjeras impongan restricciones a las entidades financieras de su país, atenta contra la soberanía del banco central y pone en riesgo la estabilidad de la moneda nacional.
Ese riesgo severo es precisamente el que advirtió el Banco Central, gobernado por Alejandro Díaz de León al senador promovente de la iniciativa de ley, el morenista, Ricardo Monreal.
Las advertencias de Banxico a los legisladores del partido Morena, fueron claras y contundentes. Se está atentando en contra de la soberanía de las paraestatales. Incluso se les presentó una serie de alternativas para atender el supuesto problema (porque en primera instancia ni siquiera había un problema con las reservas) de una manera en la que no se afecte la autonomía del Banco de México y sin dañar su reputación e integridad.
Todo esto en vano porque las peticiones no fueron atendidas y a pesar de la promesa de un diálogo y análisis, salvo la reunión para la foto, no hubo más acercamiento para revisar el tema y con una velocidad inusitada, se logró la aprobación con 67 votos en la Cámara de Senadores.
El jueves 10, el presidente Andrés Manuel López Obrador al ser cuestionado sobre el tema durante su conferencia mañanera, dijo que de ser aprobado por el Congreso (de mayoría morenista), será una ley que habrá que acatar y respetar. Y a nadie le queda duda que el Congreso aprobará esta riesgosa iniciativa, si se considera que el día previo a la presentación de la reforma AMLO recibió en Palacio Nacional a Monreal.
La reforma aprobada por el Senado de la República pareciera -en lo superficial- que busca lo justo y lo correcto, que es precisamente que el Banco de México acumule los dólares en efectivo producto del trabajo en el extranjero o el sector turismo pero se hace el ciego con las cantidades estratosféricas que mueve el crimen organizado.
Así mismo, vulnera la autonomía del Banco de México porque por ley se le ordena comprar activos, cuando precisamente por su carácter descentralizado debe ser el propio instituto el que tome esas decisiones. En el escenario extremo de que se pusiera en duda la reputación del banco central, Banxico estaría imposibilitado a procurar la estabilidad del poder adquisitivo del peso y de ejercer su función como agente financiero del gobierno mexicano.
El objetivo de la iniciativa es beneficiar a los trabajadores migratorios pero no está claro por qué poner en riesgo la facultad de Banxico de ejercer control sobre los casi 200,000 millones de dólares de reservas internacionales.
¿Para qué seguir destruyendo sin ninguna necesidad la confianza de México a los ojos de los mercados locales e internacionales? O lo que es peor, la poca “estabilidad” -si así le podemos llamar- de nuestra moneda.
El adiós a los partidos políticos como símbolo de afinidad ideológica
“O se está con la cuarta transformación o en contra de ella”
Andrés Manuel López Obrador
Intereses, visiones de la realidad, valores, principios, identidad política, estatutos; ya todo es un vago recuerdo del sentido de pertenencia a un gremio político por afinidad de ideología.
Luego de que el Partido Acción Nacional confirmara que este 2021 serán aliados del PRI y el PRD, y que Morena reafirma su alianza con el PT, PES, PVEM e incluso Panal, queda claro que todos los partidos políticos son lo mismo. ¿Lo importante no es la forma, sino el fondo?
Si se puede hacer que militantes con diferencias entre sus ideales -suponiendo que los tienen- coincidan en un mismo bloque, la lógica nos hace preguntarnos: ¿por qué no se forman dos grandes partidos? A manera de ejercicio, es cuando menos curioso, pero siendo realistas es hasta lamentable.
Cuando AMLO se burla de que PRI, PAN y PRD irán juntos en la boleta se olvida de que él mismo ha creado a ese bloque opositor con su discurso divisorio entre “buenos y malos”, los que están con él y los que están contra él.
En vísperas de las precampañas electorales, la semana pasada estuvo llena de chapulineo y sorpresas que reafirman que la contienda del 2021 será de lo más cerrada e interesante.
Primero, con la inclusión del Partido Verde Ecologista, liderado por Omar Francisco del Valle, a la coalición con Morena. Es decir, el partido cuya naturaleza es -en teoría- velar por las causas de la protección ambiental, estará trabajando de la mano con el partido obsesionado con la producción de hidrocarburos y el freno a la producción de energías limpias.
María Dolores del Río deja a Movimiento Ciudadano para adherirse al proyecto de Alfonso Durazo con Morena por la gubernatura de Sonora; esto era predecible desde la llegada de Ricardo Bours a Movimiento Ciudadano y de que este partido quedará en manos de la dirigencia nacional. Lo mismo hizo en su tiempo con el PAN cuando le negaron el capricho de contender por la alcaldía de Hermosillo.
Dolores del Río se va con un cuestionable trabajo en la actual legislatura del Congreso de Sonora donde siendo presidenta de la comisión anticorrupción no dió ningún resultado, especialmente cuando más se le necesitó en temas tan importantes como juicios políticos por ingobernabilidad en los municipios de Cajeme y Navojoa, los que cuentan con mayor números de denuncias por presuntos actos de corrupción y malos manejos de recursos. Y se verán cosas peores.