Contrarreforma eléctrica: un duro golpe a las energías renovables

Contrarreforma eléctrica: un duro golpe a las energías renovables

 

El 2 de marzo del 2021 marcó un hito en la historia energética del país, siendo el día en el que el gobierno mexicano decidió avanzar con todo para imponer su política energética. Ese día se aprobó la contrarreforma en el sector eléctrico que al priorizar a una empresa estatal sobre otras, tendrá profundas repercusiones tanto a nivel nacional como internacional.

 

El Senado aprobó la madrugada del miércoles sin ninguna modificación en lo general y en lo particular, por 68 votos a favor y 58 en contra, modificar varios artículos de la Ley de la Industria Eléctrica.

 

El principal cambio de la reforma será eliminar el criterio económico para siempre, despachar primero la electricidad de las plantas hidroeléctricas y de combustibles fósiles de la empresa del Estado, la CFE, sobre las centrales privadas de renovables y al último las de ciclo combinado.

 

También, de forma retroactiva, ordena revisar los contratos previos del gobierno con particulares y cambia las reglas de los Certificados de Energía Limpia (CEL) para darlos a plantas viejas de la CFE.

 

En el ojo del huracán no están solo las consecuencias económicas de la reforma, sino también su impacto ambiental, ya que las centrales de la CFE son más obsoletas y el combustóleo es altamente contaminante.

 

En un contexto mundial en el que cada vez son más notorias las consecuencias

del calentamiento global: sequías y tormentas más intensas, aridez y cambios abruptos

en los ecosistemas, desaparición de especies, aumento de temperaturas; la agenda internacional tiene una alta tendencia a promover el uso de energías alternativas como la proveniente del sol y del aire. 

 

México pareciera nadar contra corriente ante la tendencia irreversible de desplazar el uso de combustibles fósiles.

 

Los partidos que se mantuvieron firmes en contra de esta Ley, interpondrán una acción de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte para echar atrás el dictamen. También los opositores mencionaron que irían con organismos internacionales, pues esta aprobación de ley va en el rumbo contrario a tratados internacionales, como el de París o el mismo tratado de comercio con América del Norte, TMEC.