El 8 de marzo de cada año
El 8 de marzo de cada año, es una fecha muy difícil para mi, es el día en el que estoy mayormente consciente de la situación de desventaja en la que vivimos las mujeres. Aunque se escuche extremista, es una realidad en este país, desde la más “acomodada” hasta la mujer que vive en la condición más vulnerable en este país.
El hecho de ser mujer significa estar en una posición de desventaja social, cultural y también legal, por el sistema judicial en el que vivimos, ya que está comprobado que más allá de impartir justicia para las afectadas, sólo se está re victimizando a la mujer por la burocracia judicial que sufre el país.
Se ha logrado un gran avance con legislaciones como la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Belém do Pará), reformas al Código Federal de Instituciones y Procedimiento Electorales (COFIPE), Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), sin embargo, continúan en aumento los crímenes cometidos contra las mujeres.
Los feminicidios cada día van en aumento, si de por sí, la pandemia se llevó a muchas personas de manera casi inevitable, la violencia contra la mujer no tuvo consideración. Tal como ha quedado establecido que, ante el confinamiento por la contingencia sanitaria por Covid 19, aumentaron los reportes por violencia intrafamiliar y feminicidios en el último año.
La Constitución Política de nuestro país, establece en el artículo 4° que “El varón y la mujer son iguales ante la ley”, y sí lo somos, pero solo en la letra que aparentemente esta muerta. Ese mismo artículo indica que “se deben establecer mecanismos e instituciones suficientes para garantizar la igualdad y promover la equidad de género”, pero la realidad es que este Gobierno de la República cada vez reduce los presupuestos para dichas actividades e instituciones. Y cuando se le cuestiona al Presidente del país sobre el tema y la falta de apoyo, lo evade con respuestas burdas como “ya chole con ese tema”.
Me parte el alma cada vez que veo en redes sociales que una mujer es encontrada asesinada, con rastros de violación, sin ropa, en algún terreno baldío o que encontraron sus restos en fosas clandestinas. Duele ver los rostros de amigos y familiares de las víctimas que han perdido toda esperanza de encontrar con vida a esa mujer de la que no saben de su paradero desde hace meses.
No falta el hombre cuyo argumento en contra del la tipificación del feminicidio sea “es que a los hombres también nos matan”, claro que ocurre, pero a los hombres no los matan por ser hombres, no los matan sus esposas todos los días y violan sus abuelas, madres o tías cada tres minutos, o los acosan mujeres desconocidas en la calle por ser más grandes y fuertes que ellos, no los desaparecen por llevar una “prenda provocativa”, no se aprovechan de su estado de “indefensión”, no menosprecian sus capacidades intelectuales ni derechos por el hecho de ser varones.
En esta ocasión, en este espacio, les recordaría el camino hacia la paridad, los logros alcanzados a lo largo de todo un siglo de lucha de mujeres en el ámbito político y en el servicio público, pero la verdad es que no puedo hablar de ello ahora, no puedo porque me ahoga saber que en este país cuando eres mujer tienes que aprender a exigir respeto y la reivindicación de nuestros derechos naturales, solo para que los hombres que conforman ese sistema de poder que los favorece a ellos mismos, te traten como un ser tedioso, conflictivo, revoltoso, ignorante e inconforme con todo lo que le rodea por buscar esa igualdad que marca la ley.
Claro que las feministas estamos inconformes, somos conscientes del entorno social, cultural y sistemático en que vivimos. El salir a la calle sola se convirtió en la preocupación más grande para nuestras madres, sea de día o de noche, hecho de ser juzgadas sino revictimización si nos acosan “es que mira que corta esta esa prenda”, el utilizar transporte público es un martirio, no por la calidad en el servicio (que ese es otro punto) sino por la cantidad de acosadores que se suben diariamente tocando y molestando a mujeres. Así me puedo ir mencionando infinidad de ejemplos y solo en cuestión de la seguridad.
¿Te cansa leer respecto a este tema?, imagínate nosotras que lo vivimos, porque todas hemos experimentado al respecto. No me creas a mi, créele a los números:
Según el INEGI y el Observatorio Nacional de la Violencia en Contra de las Mujeres 7 de cada 10 mujeres sufre abuso sexual y se calla. Hospitales y centros de salud pública proyectan que un 71% de la razón principal de afectación a la mujer es la agresión doméstica, de los cuales un 69% presenta agresión sexual (mas de la mitad).
Por último, si no te gusta que te feliciten por el aniversario luctuoso de un ser querido, por favor no felicites a nadie el 08 de marzo de los siguientes años, recuerda que se conmemora el fallecimiento de 120 mujeres que lucharon por mejorar sus condiciones de trabajo y la reivindicación de sus derechos.
Nos sembraron miedo, nos crecieron alas.