ENTRE INVENTADOS E INVENTADAS

IRIDISCENCIA

Por Carolina Martínez

 

ENTRE INVENTADOS E INVENTADAS

 

Como es costumbre en cada inicio del proceso electoral, surgen de entre las filas de los diferentes partidos políticos personajes que a última hora levantan la mano para pretender protagonizar la carrera por algún puesto de elección popular.

 

Gente desconocida por sus compañeros del mismo partido, que dicen poder con todo y que supuestamente luchan por causas de los más necesitados, pero la realidad es otra, a decir verdad en la sierra se les llama “Faroles” o para decirlo de un modo elegante los definiremos como pretenciosos.

 

No puedo continuar sin explicarles qué es ser calificado como una inventada o inventado. Según la Real Academia de la Lengua Española (RAE) entre los significados de Inventar encontramos: Fingir hechos falsos y levantar embustes.

 

Precisamente a esas personas me refiero, embusteros y mentirosos, faltos de ideas originales que hacen poco o casi nada solo para llamar la atención y ser tomados en cuenta para un cargo político.

 

En el ámbito político juvenil los inventados e inventadas tienden a surgir después de que las fichas grandes están establecidas, es decir, que los candidatos y perfiles ya están definidos. Es común ver en su facebook e instagram estados a favor del candidato que ellos pretenden impresionar, etiquetándolo repetidas ocasiones y utilizando sus frases para llamar su atención.

 

Los inventados aparecen de la noche a la mañana alardeando de sus “actividades”, supuesto influyentismo y apellidos como respaldo suficiente, que si bien es derecho legítimo de cualquier ciudadano o militante el apoyar a un candidato o ser votados, no podemos olvidar que también hay personas que tienen años de verdadero trabajo y experiencia en un proyecto político y/o ciudadano.

 

Los inventados empiezan a llamar la atención de unos pocos a través de las redes sociales y toda su estrategia se basa en hacer “ruido” mediante las típicas fotografías políticas, como posar entregando despensas o con su grupito de amigos después de una obra de caridad, la reunión de trabajo con los amigos en algún café, posando con el humilde adulto mayor, más despensas –y mi favorita- la de la charla con el liderazgo político.

 

Es común entre los inventados pensar que las entregas de despensas en colonias vulnerables son la mejor y más noble actividad que se puede realizar en política, (olvidan que eso solo sirve para unos días, si bien es una ayuda para los que más necesitan, en realidad no están acabando con ningún problema de raíz y el origen de las dificultades principales continúan día tras día.)

 

Les mencionaba que la típica fotografía con el personaje político es mi favorita porque solo falta que algún diputado o dirigente que les tome la atención de atenderlos (como debe de ser con cualquier persona) para que estos inventados alardeen en redes sociales tal gesto y vendan la idea de que tienen la bendición de dicho personaje. 

 

La mayoría de las personas que vean la publicación, lo tomarán como una trivialidad mas, otros indagarán un poco y se darán cuenta que es un inventado o inventada, mientras que  estos embusteros se elevan por las nubes si la figura política comparte la publicación donde fue etiquetado y nunca falta el crédulo que compre la idea de que el inventado tiene todo el apoyo de dicho personaje.

 

Con esta descripción está de más decir que en ningún momento caben en este calificativo personalidades como la de los precandidatos a gobernador, cada uno tiene su propia trayectoria y años de experiencia tanto en política como en servicio público desde sus diferentes trincheras. 

 

Como jóvenes es natural toparse contra corriente y que se trabaje por romper los estereotipos y dogmas heredados por los que estuvieron anteriormente, pero en política hay maneras para hacer las cosas y nadie puede llegar exigiendo algo que no se merece ni se ha ganado.

 

Una máxima que por bien y supervivencia no deben olvidar es que “La forma es fondo”, los modos, gestos y actitudes; es decir, las formas, son tan relevantes como la materia misma. Las formas no solamente son protocolos que envían mensajes en una ceremonia, también se trata del respeto, los comportamientos y palabras que envías a tus compañeros de partido sin importar el puesto en el que se encuentren.

 

En ese mismo sentido, se ve de pésimo gusto que bajo el pretexto de tener parentesco con alguna figura política, se exija un trato especial, situación que se da mucho en los jóvenes invitados que además de presumir y exigir dicho trato preferencial, menosprecian a sus compañeros militantes, considerándolos no estar a su “nivel”.

 

Parte de las formas es ganarse las cosas, tener humildad y aceptar cuando alguien ha hecho un mejor trabajo. Lo mejor que cualquiera puede hacer es no estorbar, aprender y trabajar verdaderamente por algo que no sea solo figurar en redes sociales.

 

Se necesita auténticamente defender una causa, con tiempo, sangre, sudor y lágrimas, porque solamente así se dejará de ser un improvisado más y el resultado será directamente proporcional al esfuerzo aplicado durante años de trabajo.

 

El ir a entregar despensas o esperar a que las personas vayan hacia donde te encuentras para tirar su basura o papel inservible no es hacer actividad política, a eso le llamo la Ley del mínimo esfuerzo, para después alardear en las historias de Instagram, porque realmente no están realizando un trabajo de fondo donde verdaderamente se acerque a la ciudadanía y se  ataque el problema real.

 

Una pequeña rama de los inventados e inventadas sabe de lo que estoy hablando, se dieron a la tarea de trabajar por lo menos unos meses antes de las precampañas electorales y lograron revivir o crear alguna agrupación o asociación “sin fines de lucro” como plataforma para hacerse notar.

 

Pero una vez pasada la euforia de la contienda electoral se volverán a guardar olvidando la causa que supuestamente abanderaron en su momento, esperando el momento oportuno de aparecer para la próxima aventura con fines electorales, aunque en su agrupación no lo establezca de tal manera.

 

Esto de andar inventando asociaciones y organizaciones sucede en parte a que las estructuras juveniles de varios partidos se encuentran en aparente descanso eterno,  después de que sus líderes llegaron a la dirigencia, realizaron el evento de toma de protesta y después de eso jamás se les volvió a ver, dejando en el abandono total la organización.

 

En ese sentido llegamos a la conclusión siguiente: también en algunas dirigencias hay inventados que se les dio la oportunidad para la foto, para jamás volver a saber de ellos, en lugar de hacerse notar demostrando sus capacidades y desarrollando su liderazgo, al estar al frente de un espacio juvenil que se supone que acoge para quien desee unirse a su estructura y simpatice con su partido.

 

Incandescencia

 

Otro caso curioso que retoma fuerza en los últimos años es el de los chapulines de ideología, es decir, los que se cambian de un partido a otro por conveniencia. No, me refiero a aquellos que tienen años de perseverancia y trabajo, y nunca se les da la oportunidad a pesar de su trayectoria y trabajo, es decir, que no son ningunos inventados. Como por ejemplo Juan González, Paul Gastélum y Oscar Sugich quienes al no sentirse escuchados, después de años en sus respectivos partidos, decidieron migrar a otro.

 

Pero la pregunta es ¿de un día para otro verdaderamente se puede cambiar la ideología partidista?, claro que no. Para los inventados puede ser cosa fácil, demostrado está ya que solo pretenden figurar, pero para los que sí tienen labor que los respalde y verdaderamente les ha tocado picar piedra, es algo que se tiene que pensar y tomar la decisión con responsabilidad, no con el coraje del momento como parte de un berrinche.

 

Algo que tengo que reconocer de los inventados es que tienen capacidad de ver las oportunidades antes que nadie y es obvio, como realmente no están haciendo un trabajo de fondo con las causas sociales, son expertos en subirse al “tren del mame” y dizque apoyar a la lucha del momento.

 

Por mencionar un ejemplo, tenemos a diferentes actores del Congreso del Estado que solo se aprovecharon de las mujeres activistas que luchaban por la aprobación de la Ley Olimpia en Sonora, tal cual como se realizó en los otros 16 estados de la República, pero aquí solamente las trajeron de reunión en reunión digital, colgándose del movimiento, prometiendo cosas que a última hora no cumplieron y dejando un lamentable resultado nombrado “Ley Amplia”.

Luminiscencia.

 

Si bien la política juvenil está volviendo a retomar fuerza en los últimos años, aún falta mucho camino por recorrer, ya que la mayoría de los jóvenes que no militan en ningún partido, asocian la palabra política con robo y corrupción, lo cual no es resultado de la noche a la mañana, sino de décadas de malos manejos. 

 

Siendo los jóvenes el motor de nuestro país y la fuerza de cambio deberíamos actuar diferente, es decir INNOVAR. A lo que me pregunto: ¿qué están haciendo diferente los actuales líderes políticos a los de antaño?, ¿realmente supieron atender las necesidades de la juventud en medio de la contingencia originada por el covid 19?, ¿o les cayó como anillo al dedo y se confiaron quedándose dormidos en sus laureles?, ¿supieron aprovechar la oportunidad que les dio la militancia y su partido para demostrar lo mucho que pueden hacer?

 

Si la respuesta a la última pregunta es negativa, entonces como consecuencia seguramente el día de mañana algún inventado con un poquito más de inteligencia y opulencia les comerá el mandado porque al final del día, hacer poco es mejor que no hacer nada y parte de su labor como dirigentes es, precisamente eso, saber dirigir, influir, motivar, organizar y sumar a más jóvenes a sus correspondientes proyectos y causas, sean inventados o no. 

 

Por último, no quise poner nombres pero no falta la inventada o el inventado al que le quede no solo el chaleco sino todo el “starter pack” y si tu que lees esto, conoces o identificas a alguno, ten cuidado porque es contagioso, sobre todo en estas épocas electorales.

 

Wabi-sabi. Bendiciones.