La misma Sara de siempre: ahora resulta que dejó ¡90 MDP en caja!; el caso es que “no habrá protección para nadie”, advierte la nueva alcaldesa; Luis Fuentes comienza mal su relación con los regidores en Empalme; “privatizan” playa en San Carlos y rumoran negocio del ex secretario Lomelí y la ex regidora Susana Jiménez
Estas líneas…
Agustín Rodríguez L.
GUAYMAS, Son. – Fue genial la actuación de la ex alcaldesa Sara Valle Dessens durante su actuación ante la contralora municipal, Gisel Robles, al comenzar a explicar sobre la playa incluyente caprichosamente montada en una franja litoral peligrosa.
Después lo hará sobre otras obras no encontradas por la comisión investigadora de la administración actual y en otras mal hechas pese a sus elevados costos. Eso significaría sanción severa que alcanzará a otros funcionarios y a empresas constructoras (de su propiedad, en muchos casos).
La señora Valle habló de su responsabilidad como ciudadana y como titular de la gestión municipal durante tres años y remató así: “Nosotros dejamos todo en orden, se hicieron las cosas como debe ser, dejamos a un ayuntamiento funcionando, con recursos, entre 80 y 90 millones de pesos para el funcionamiento de la administración, para que se le pagara a Pasa, los aguinaldos pagados, para que se pagara la basura, todo como debe ser”.
Si se trata de rendir cuentas, está dispuesta. No titubeó, cero nerviosismos, ningún rubor pese al mar de críticas por el desastre heredado, de ciudadanos agredidos en su ánimo por la ineptitud y corrupción.
Peor: dijo que dejó entre 80 y 90 millones de pesos en caja. No, pues ¡Guau!
Tal vez eso hizo saltar de alegría a la doctora Karla Córdova, pues eso alcanza para superar los agobios actuales y hasta sobra para superar la emergencia. Se estará peguntando la sorprendida munícipe actual, dónde está ese dinero y, con sonrisa de oreja a oreja, el tesorero, Daniel Seferino Apodaca Larrinaga, lanzará con un grito el ¡Aquí está! Y a darle.
Es que, desde el 16 de septiembre, la doctora Córdova confirmó haber hallado “un paquete de carpetas desorganizadas y con información muy general”.
La tesorera saliente, Célida Botello Navarro, recibió al señor Apodaca y a la contralora Gisel Robles, pero no hubo más que evasivas: “buscaré el papel”, “no vino fulano”, “es día feriado”, y terminaron cansados de aguantar ligerezas hasta despedirse y ver partir a la antecesora, a quien le era más urgente rendir cuentas y esperar nueva encomienda de sus jefes de Hermosillo, socios de Sara, la genial actriz.
Cómo comprender información enredada. Hoy, no se conoce ni la nómina real, por eso no determinan si es real que había 220 aviadores.
La nueva alcaldesa pidió renuncias de funcionarios de primero, segundo y tercer nivel y liquidarlos. Ya se indaga cómo y a cuántos liquidaron, pero también, qué hacían y dónde.
El mensaje de la doctora Córdova fue: “no hay ningún arreglo, no va a haber protección para nadie”.
Pues el paso uno ya está, se dará vista a la Fiscalía Anticorrupción y la instancia-florero del sexenio pasado resolverá si llama a cuentas a Sara y –así los llamó el diputado Sebastián Orduño– “sus compinches”.
Lo hará a través la Sala Especializada en Materia de Anticorrupción y Responsabilidad Administrativa, dependiente del Tribunal de Justicia Administrativa. Les encargo los nombres de sus titulares, por favor.
EMPALME, REGIDORES DESCONTENTOS
Rosy González y Ginés Valentín Rodríguez, de Empalme y Guaymas, fueron los mejor evaluados al revisarse la labor de dirigentes tricolor de Sonora, en ese esfuerzo de sostener con alfileres las siglas.
Viene al caso porque ayer saludé a la primera y le pregunté sobre su experiencia como regidora en el nuevo Ayuntamiento y –ya, fíjese–, revela las primeras fricciones con el alcalde Luis Fuentes Aguilar, por la opacidad en el análisis de las cuentas encontradas.
Los regidores, 6 de Morena y 4 “pluris”, aceptaron integrarse a la Comisión Plural y exigir cuentas a sus antecesores, principalmente al muy satisfecho por la impunidad que presume, el Pantico Genesta.
Resulta que el ex “Grande de la radio”, hoy alcalde por gracia del arrollador Morena, se queja en cuanta entrevista da, del tiradero dejado por el Pantico, pero no aclara sobre la auditoría del ISAF ni la del despacho externo (de Hermosillo, para no perder la costumbre de desplazar gente en los municipios).
A la Comisión Mixta le quedan 9 ediles, pues renunció Carmen García (MC), al verle “las zancas al pollo”. Ellos le recordarán a Fuentes Aguilar que tienen 15 días para analizar el resultado de esa revisión y su dictamen, para hacer observaciones, pero ya pasó una semana, así que el tiempo apremia.
El contralor, Leobardo Olmos de la Cruz, es un priísta que se sostuvo hasta lo último como tal y aceptó saltar al morenismo, al ver que el partido es hoy solo un membrete que Rosy carga en su portafolio. Hoy se acerca a los ediles para tranquilizarlos porque todo está bien y ya no tarda en darles esa información.
Pero Rosy y toda la Comisión, la quieren antes de cumplirse esos 15 días. Después, para qué.
QUEJA DESDE SAN CARLOS
Desde el precioso San Carlos, un reporte ciudadano dice que en playa San Francisco, entre Mauka y Champs, “están llenando de estructuras metálicas de esas horrorosas, en la playa, y de sillas de plástico horribles… peor que Acapulco”.
Entra en detalles: “es una porquería y nadie hace nada; se le avisó al comisario (de Policía y Tránsito) y dice no saber nada y tampoco hace nada”.
El comisario habría comentado que los dueños (empresarios de Hermosillo y Obregón) ya denunciaron invasiones en el Ayuntamiento, donde se rumora que es un negocio de la ex regidora Susana Jiménez y el ex secretario Arturo Lomelí, quienes cobrarán por usar esa playa.