Las fracciones del Congreso
Por Alan Castro
En últimas fechas ha bajado la intensidad de trabajo en el Congreso del Estado evidenciando un desacelere legislativo, pero sobre todo situaciones que están trabando el tránsito de las reformas e iniciativas de esta legislatura.
Si bien podríamos calificar el inicio del nuevo Congreso como muy productivo, donde desde la primera sesión se votaron reformas constitucionales trascendentales para el proyecto del ejecutivo estatal, así como la aprobación de grandes pendientes.
Hoy, el Congreso local ha entrado en un impasse que contrasta mucho con lo que fue el primer período de sesiones, esto a pesar de los nombramientos de titulares de organismos autónomos y la reforma a la ley orgánica del Ejecutivo.
Pero, ¿qué está pasando en el Congreso del Estado?
Para responder esa cuestión de manera sencilla, podríamos decir que el desacelere legislativo se debe a las fracciones del Congreso, pero me refiero tanto las fracciones parlamentarias como las fracciones administrativas.
El Congreso se encuentra fraccionado.
Por una parte, estoy hablando de que en el Congreso ya está saliendo el sol y disolviendo la luna de miel legislativa, se están desafianzando las alianzas y tomando el cauce natural de partidos de gobierno y los partidos de oposición.
El contexto y coyuntura nacional generado por el reciente ejercicio de revocación de mandato y la fallida reforma a la ley eléctrica no ha sido ajena a las realidades locales y sobre todo la relación de los partidos políticos.
Si al inicio de la legislatura se reconocía el oficio y la madurez política de quienes la integran, hoy se puede hablar de falta de oficio y descortesía política entre algunas bancadas y por supuesto, algunos diputados y diputadas.
La falta de entendimiento y acuerdos es evidente en el Congreso estatal, pero lo más grave es la falta de diálogo y la cerrazón de quienes deciden las cosas dentro del recinto legislativo estatal, los cuales tienen nombre y apellido.
Esta situación ha traspasado las paredes del pleno hasta las oficinas administrativas del Congreso, pues si bien Ernestina Castro evidentemente es la que manda en el pleno, ella no se manda sola, y eso es sabido por propios y extraños.
Ernestina Castro es la presidenta de la CRICP, la cual decide todo, pero sin convocar nada, legisla con base a ocurrencias y a capricho de sus aliados, no solamente compañeros de curul, sino quienes despachan en oficinas administrativas.
Si usted cree que exagero cuando digo que Ernestina Castro legisla en base a ocurrencias y caprichos, solamente le digo que según la coordinadora de la bancada morenista, son mas importantes los caballos que las mujeres sonorenses.
Fue bochornoso que Morena votará en contra de la obvia resolución de la inscripción en letras doradas en la pared de honor del pleno de la primera diputada mujer en ocupar ese recinto legislativo, argumentando que deben regular el espacio.
Argumentos absurdos que dejaron pasar la oportunidad histórica de reconocer la lucha de muchas mujeres por sus derechos, misma lucha que hoy ha permitido que se tenga la primera legislatura compuesta por mayoría de diputadas.
Pero esto no fue casualidad sino una causalidad, un síntoma manifiesto de lo que está pasando al interior del Congreso y por supuesto de los fraccionados que es el tema de los partidos, diputados, directores y subdirectores administrativos.
Los diputados están fraccionados y lamentablemente los empleados del Congreso han tenido que recurrir a la penosa necesidad de agarrar bando, unos son de tales diputados y otros de ciertos legisladores para la protección de su trabajo.
Y es que el ambiente laboral del estado es de lo más dañino que hay dentro de la burocracia sonorense, entre hostigamiento y acoso laboral de parte de algunos directivos para orillar a los empleados a renunciar y poder meter a la gente de su confianza.
Desgraciadamente, el Congreso sigue arrastrando vicios del pasado, donde al margen de los temas de la CRICP, los diputados influyen directamente en los temas administrativos, como también los directivos influyen en el tema legislativo.
Consideramos que, si no se ponen las pilas, este tema puede escalar a otros niveles, al grado de la disolución de la coalición Juntos Haremos Historia, incluso el cambio de coordinadores de las fracciones parlamentarias no solo en Morena, sino en otros partidos.
Esto aunado a los rumores de la creación de un bloque de oposición sólido que ya denominan “McPRIAN”, que involucra la posible adhesión de los diputados del PRI al grupo parlamentario de Movimiento Ciudadano, dejando de lado al otrora “PRIMOR”.
Evidentemente la pugna del poder en el legislativo estatal continua, donde se pueden identificar al menos tres grupos, dos de ellos encabezados por dos diputadas locales y uno de ellos que opera no precisamente dentro del recinto legislativo.
No quisiera personalizar estas aseveraciones, pero seguramente usted ya tiene identificado que uno de los grupos que hablo está encabezado por Ernestina Castro y otro por la diputada Diana Karina Barreras del PT, sumando a varios diputados morenistas.
El tercer grupo podría estar integrado por Ernesto De Lucas, pero no nos atrevemos a aseverar eso. La próxima semana le traeremos el mapeo completo de los grupos a los que pertenecen los directores y subdirectores del Congreso. Es cuanto.