Reunión AMLO – Biden: entre el discurso y los hechos | Editorial Edición 1125
Reunión AMLO – Biden: entre el discurso y los hechos
Con un montón de hojas arrugadas, el saco y la corbata desajustada, Andrés Manuel López Obrador puso sobre la mesa ante su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, una lista de cinco temas de cooperación bilateral, entre los que se incluía otorgar visas de trabajo que permitan a mexicanos migrar de forma legal hacia ese país, poner a su disposición una red de gasoductos, así como eliminar aranceles y trámites relacionados con el comercio de agrícola.
Sin embargo, dicha reunión celebrada en Washington ninguno de estos acuerdos se concretó de manera formal, por el contrario, nuestro país se comprometió a comprar hasta 20 mil toneladas de leche en polvo y un millón de toneladas de fertilizantes a Estados Unidos, así como en invertir 1,500 millones de dólares en la frontera entre los dos países.
A pesar de ser uno de los principales socios comerciales, de compartir una crisis humanitaria en la frontera, de ser una parte clave en una guerra sin cuartel contra las drogas, México sigue siendo el eslabón débil en esta relación bilateral.
En materia económica, se sigue promoviendo a México como una fuente de mano de obra barata para sustituir a China, y AMLO lleva la exigencia de mayor inversión –principalmente en los estados del sur – para el desarrollo de nuestro país. Para combatir la inflación proponemos incremento de abasto de gasolina subsidiada en la zona fronteriza para que los americanos la consuman cruzando la frontera. Algunas de estas propuestas terminan siendo justamente las que avivan la retórica trumpista.
Seguimos con propuestas de país débil: integrar cadenas de suministro con alto valor agregado donde la de menor valor es la parte mexicana. La inversión tiene que venir a México porque aquí contamos con técnicos, ingenieros, y mano de obra calificada que complementa a la americana; no porque somos más baratos.
En lo migratorio, seguimos promoviendo una solución basada en seguridad, en el incremento de fuerzas armadas en las fronteras. La migración laboral de México a Estados Unidos no es un problema, es la solución a muchas de las dificultades económicas y demográficas que vive el vecino del norte. Restando los prejuicios xenófobos, los latinos en Estados Unidos son reconocidos por ser trabajadores.
López Obrador regresó el pasado miércoles a México, luego de una agenda de dos días en el país vecino del norte, donde tuvo muy poco que presumir de la reunión, que sirvió más para posicionar un discurso de cooperación del presidente mexicano que en alcanzar acuerdos que beneficien a ambos países.