Jornaleros del valle del Mayo deberán migrar en busca de trabajo por crisis agrícola
Navojoa, Sonora. – La incertidumbre sobre el ciclo agrícola 2024-2025 en el Valle del Mayo amenaza con empujar a decenas de familias jornaleras, principalmente de la etnia mayo, a migrar en busca de empleo. Con la siembra reducida drásticamente debido a la falta de agua, muchas comunidades indígenas del sur de Sonora se verán obligadas a abandonar sus hogares para sobrevivir.
Abel Ramírez, residente de la comunidad de La Escalera, expresó su preocupación: «Más del 60 por ciento de las familias en la etnia mayo dependen del trabajo en el campo, y si no habrá siembra, no habrá comida en casa, por lo que tendrán que salir a buscar a otro lado». Esta situación refleja la magnitud del impacto que la crisis hídrica tendrá en el sustento de estas comunidades.
Crisis del agua agrava la situación agrícola
El informe más reciente de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) indica que la presa Adolfo Ruiz Cortines, fuente vital para la agricultura en la región, se encuentra al 20.9 por ciento de su capacidad, con un almacenamiento de solo 250.8 millones de metros cúbicos (Mm3). Esto ha generado gran incertidumbre entre los productores del Valle del Mayo, quienes enfrentan un escenario crítico: solo se podrá sembrar en el 30 por ciento de las hectáreas previstas.
El Distrito de Riego 038, que gestiona el uso del agua en la región, ha advertido a los agricultores que deben ser extremadamente cautelosos en la planificación de cultivos, dado que no hay garantía de suficiente agua para el ciclo agrícola. Esta reducción del 70 por ciento en la actividad agrícola pone en riesgo no solo la producción de alimentos, sino también el empleo de miles de familias que dependen del trabajo en cultivos como papa, chiles, tomates y trigo.
Perspectivas sombrías para las comunidades indígenas
La reducción drástica en la siembra afectará principalmente a la población indígena del sur de Sonora, donde el campo es la principal fuente de ingresos. Abel Alfredo Ramírez Torres, presidente de la agrupación Jiapsi Yoreme, destacó que «si no hay siembra, no habrá trabajo». Este escenario podría derivar en una crisis laboral y alimentaria para las familias que dependen de esta actividad.
Aunque se espera que la disponibilidad de agua de bombeo, que asciende a 120 Mm3, pueda sumar un total de 370 Mm3, las autoridades del Distrito de Riego aún necesitan la aprobación del Gobierno Federal para establecer el número de hectáreas que se podrán sembrar este año. Sin embargo, la situación sigue siendo incierta, y si las restricciones aumentan, los productores agrícolas podrían enfrentarse a un año sabático, sin actividad en los campos.
La falta de agua y la falta de decisiones definitivas ponen en jaque la seguridad alimentaria y económica de las comunidades indígenas del Valle del Mayo, que dependen en gran medida de la agricultura para su supervivencia. En los próximos meses, muchas de estas familias no tendrán más opción que migrar en busca de trabajo en otras regiones, lo que agrava aún más la crisis que viven.