El ‘Cerrito de la Virgen’: 35 años de fe y tradición en Navojoa
Navojoa, Sonora.- En 2025, el emblemático ‘Cerrito de la Virgen’ en el municipio de Navojoa celebrará 35 años de historia, consolidándose como un símbolo de la fe y devoción de los guadalupanos en la región.
La historia de este recinto espiritual comenzó en 1990, cuando el entonces presidente municipal, José Antonio Urbina Sánchez, inspirado por su visita al cerro del Tepeyac en la Ciudad de México, decidió replicar un espacio similar en la ‘Perla del Mayo’. Desde entonces, cada 12 de diciembre, miles de fieles acuden al cerrito para rendir homenaje a la Virgen de Guadalupe con ofrendas, veladoras, misas de acción de gracias y plegarias.
Un proyecto comunitario
El secretario del Patronato del Cerro de la Virgen, Arcadio Corral Esquer, destacó que la construcción del cerrito fue posible gracias a la participación de ciudadanos y empresas privadas, quienes donaron materiales como cemento, varillas y cal.
“Afortunadamente hubo muy buena aceptación. No se donó dinero, pero sí materiales. Se buscó un cerro cercano a la ciudad hasta encontrar el del ejido Antonio Rosales, que se convirtió en el lugar ideal”, explicó.
El diseño del cerrito estuvo a cargo del arquitecto Rafael Ángel Miranda Izaguirre, quien ideó un espacio único, luego de que un incidente impidiera usar fotos del cerro de Ciudad Obregón como referencia.
El arte detrás del cerrito
El mural de la Virgen de Guadalupe fue pintado por primera vez por Gilberto Ibarra, quien dedicó años a su mantenimiento. Tras su fallecimiento, la labor pasó a su hijo Luis Ibarra Moroyoqui, y actualmente, su nieto Colosio Ibarra Chairez continúa con esta tradición familiar, preservando la imagen que simboliza la devoción guadalupana.
Invitación a la comunidad
De cara al 35 aniversario, el Patronato del Cerro de la Virgen invita a la población a mantener viva esta tradición y cuidar el espacio que se ha convertido en un punto de encuentro espiritual y cultural.
“El cerrito no solo es un lugar de peregrinación, es un testimonio de fe y unidad que debemos conservar para las generaciones futuras”, concluyó Corral Esquer.