El maltrato infantil persiste en el sur de Sonora: una realidad que deja cicatrices

Navojoa, Sonora.- El maltrato infantil sigue siendo una problemática grave en el sur de Sonora, donde niños y niñas no solo enfrentan violencia física y psicológica en sus hogares, sino que también se ven obligados a trabajar en las calles para ayudar con el sustento familiar.

El caso de Jesús, un hombre que vivió el maltrato emocional durante su infancia, refleja una realidad que aún persiste en muchos hogares. “Nunca me pegó, pero sus palabras dolían más que los golpes”, recuerda sobre su padre, quien ejercía violencia psicológica contra su familia. Aunque no sufrió agresiones físicas, el ambiente de miedo y estrés en su hogar dejó cicatrices emocionales difíciles de borrar.

“No nos bajaba de tontos, bueno, con otras palabras que no te puedo decir… Nunca nos pegó, pero la mayor parte del tiempo ejercía violencia psicológica con todos en casa”, relata Jesús, quien al crecer, comprendió que el maltrato no solo se da con golpes, sino también con palabras y actitudes que afectan profundamente la autoestima y estabilidad de los niños.

Finalmente, cuando sus padres se separaron, Jesús sintió que su hogar se convertía en un lugar más seguro, aunque la separación no eliminó por completo las heridas del pasado.

Cientos de denuncias mensuales por maltrato infantil

Datos alarmantes:
En Navojoa, el DIF municipal recibe alrededor de 200 denuncias mensuales por maltrato infantil.
A nivel estatal, la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes reporta entre 200 y 300 denuncias mensuales por vulneración de derechos.
Hermosillo es la ciudad con más denuncias de este tipo en Sonora.

Los tipos de maltrato más reportados son:
Omisión de cuidados
Abuso psicológico
Negligencia
Abuso físico

La violencia infantil no solo ocurre dentro de los hogares, sino que también se ve reflejada en la explotación infantil, con menores de edad trabajando en condiciones precarias en las calles de ciudades como Navojoa, Ciudad Obregón y Guaymas.

Niños en las calles: una infancia en riesgo

La pobreza es uno de los factores principales que obliga a los niños a trabajar en las calles, exponiéndolos a explotación laboral, abuso y consumo de drogas.

José Inés Buitimea, director del Centro de Rehabilitación Narconon de Navojoa, advierte que los niños que trabajan en la calle tienen un mayor riesgo de caer en las adicciones.

El consumo de drogas en menores de edad ha aumentado un 300% en los últimos 10 años, y cada vez es más común que niños de 10 años tengan su primer contacto con el alcohol y el tabaco.

“Antes, la edad promedio para el primer contacto con drogas era de 12 años, luego bajó a los 11, y ahora vemos que niños de 10 años ya consumen alcohol y cigarro”, advierte Buitimea.

Estos menores, al estar expuestos en la calle, pueden ser víctimas de adultos que los inducen al consumo de sustancias ilegales, lo que a la larga los lleva a un camino de difícil retorno.