Alerta: Falsos Repartidores Llaman A Tu Puerta.

La SSC advierte sobre una nueva y peligrosa modalidad delictiva donde ladrones se hacen pasar por repartidores de comida para forzar la entrada a viviendas y cometer robos en segundos.

CIUDAD DE MÉXICO.- Una nueva y silenciosa amenaza ronda las puertas de los capitalinos. La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) ha emitido una alerta urgente para prevenir a la población sobre el accionar de delincuentes que, a bordo de motos y con la fachada de «repartidores», tocan timbres con una sonrisa fingida y una intención criminal.

El Modus Operandi: Engaño y Velocidad
Estos «falsos repartidores» se presentan en los domicilios simulando llevar un pedido de comida o paquetería. Su estrategia es simple pero efectiva: aprovechan la confianza y la cotidianidad del servicio a domicilio para evaluar la vulnerabilidad del hogar.

  • Si no hay respuesta, fuerzan la entrada junto con sus cómplices.
  • Si la puerta está abierta o descuidada, el robo se consuma en cuestión de segundos.

Tu Mejor Defensa: La Prevención
La SSC ha compartido una serie de recomendaciones clave para no ser víctima de este engaño:

Antes de Abrir: La Regla de Oro

  • Si no esperas un pedido, NO ABRAS.
  • Usa SIEMPRE la mirilla o revisa las cámaras de seguridad.
  • Solicita identificación oficial y el número de orden para corroborar.

 Refuerza Tu Fortaleza

  • Fortalece cerraduras, puertas, rejas y ventanas, incluso cuando estés en casa.
  • La iluminación y el ruido son tus aliados: «Haz ruido o enciende las luces, tu presencia los ahuyentará».

 La Unión Vecinal Hace la Fuerza

  • Mantente alerta y reporta cualquier persona o situación sospechosa en los grupos vecinales.
  • La comunicación con tus vecinos es una barrera de seguridad infranqueable.

Acción Inmediata
Ante cualquier intento de engaño o la detección de un robo en curso, la SSC insta a la ciudadanía a:

  1. Comunicarse INMEDIATAMENTE al 911.
  2. Usar la aplicación Mi Policía.
  3. Contactar al jefe de cuadrante correspondiente.

No dejes que un timbre se convierta en una pesadilla. La seguridad comienza con un simple gesto: verificar antes de abrir.