
Acusan a empresa de Texas de lavar 47 millones de dólares del crimen organizado mexicano
El gobierno de Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, acusó a la empresa Arroyo Terminals, ubicada en el sur de Texas, de lavar al menos 47 millones de dólares provenientes del crimen organizado en México, como parte de una red de tráfico de combustibles robados. La compañía, propiedad de la familia Jensen, está vinculada al caso del megabuque Challenge Procyon, decomisado en Tamaulipas en meses recientes.
Según documentos judiciales presentados ante la Corte de Distrito de Utah y citados por la Agencia Reforma, la red criminal operaba mediante el contrabando de un hidrocarburo conocido como “diésel negro”, un subproducto del petróleo que, tras ser extraído de los ductos de Pemex, era refinado y transportado a Estados Unidos para su procesamiento y posterior envío nuevamente a México.
La acusación señala directamente a James Lael Jensen, su esposa Kelly Anne Jensen y sus hijos Maxwell Sterling y Zachary Golden, originarios de Utah, quienes habrían sabido que los pagos realizados por los combustibles estaban dirigidos a organizaciones criminales mexicanas.
Además del lavado de dinero, los Jensen enfrentan cargos por su participación en una operación de “huachicol fiscal”, que consistía en declarar el combustible como de baja calidad para evadir impuestos al exportarlo hacia México.
Durante la semana pasada, el FBI llevó a cabo operativos simultáneos en Río Hondo, Los Fresnos y Brownsville, Texas, donde se incautaron unas 20 pipas con combustible, documentos financieros, y se congelaron cuentas bancarias y bienes valuados en más de 300 millones de dólares, incluyendo una mansión en Utah.
Los integrantes de la familia Jensen fueron arrestados el pasado miércoles y, tras comparecer ante la Corte de Distrito Sur de Texas, recuperaron su libertad bajo fianza. Tienen programada una audiencia para el 29 de abril, donde se espera se definan las próximas acciones judiciales en su contra.