Sequía golpea con fuerza al Valle del Yaqui y del Mayo: presas en mínimos históricos y severas pérdidas agrícolas

Navojoa, Sonora.– La sequía que atraviesan los valles del Yaqui y del Mayo ha alcanzado niveles alarmantes, con las principales presas de la región prácticamente vacías, lo que ha provocado una drástica reducción de tierras sembradas y pérdidas millonarias para el sector agrícola del sur de Sonora.

Según datos del Sistema Nacional de Información del Agua, la presa Adolfo Ruiz Cortines, también conocida como Mocúzari, apenas contiene 8.5 millones de metros cúbicos (Mm³) de agua, menos del 1% de su capacidad total, que es de 1,200 Mm³. La presa Bicentenario (Los Pilares), por su parte, está al 2% de su capacidad con apenas 9.53 Mm³ disponibles.

Esta situación crítica ha obligado al Distrito de Riego del Río Mayo 038 a reducir drásticamente sus siembras: de las más de 90 mil hectáreas del valle, sólo se sembraron 33 mil, lo que significa que siete de cada diez hectáreas quedaron sin cultivo. Las pérdidas económicas derivadas se estiman en más de dos mil millones de pesos.

Luis Gerardo Villalobos Hernández, presidente del Distrito de Riego, advirtió que, de continuar la sequía, los productores se verán forzados a abandonar cultivos tradicionales como el trigo, optando por sembrar cártamo, que requiere menos agua, lo que pondría fin a una tradición de generaciones.

En el Valle del Yaqui, la situación no es menos preocupante. La presa Álvaro Obregón (El Oviáchic), que abastece a múltiples comunidades del sur de Sonora, se encuentra apenas al 14.3% de su capacidad total, que es de 462.8 Mm³.

Mario Pablos Domínguez, presidente del Distrito de Riego del Río Yaqui, expresó que hay moderado optimismo para el mes de junio, ya que los pronósticos de la Conagua indican posibles lluvias por encima de la media. No obstante, advirtió que las condiciones son cada vez más críticas y el valle ha tenido que dejar sin sembrar alrededor de 150 mil hectáreas.

El panorama para ambos valles es incierto y dependiente de la lluvia. Mientras autoridades y productores esperan un repunte en las precipitaciones, la realidad actual es una de las más difíciles que ha enfrentado el campo sonorense en años recientes.