Estas líneas: Sara y su riña con todos

Estas líneas

Sara y su riña con todos

+ En Guaymas ronda el fantasma del 98; despide al contralor y “la gota derrama el vaso”; negocian alianzas, pero otros para impedirlas; César Augusto Santiago, en la oficina de Cuauhtémoc Benavides; Pavlovich sabe pedir y hay resultados; un cuartel de la GN en San Carlos; nadie confirma el hospital del IMSS anunciado hace un año

Agustín Rodríguez L.

GUAYMAS, Son.- La historia local es rica en hechos políticos y uno de ellos muy ilustrativo, a fines del siglo pasado, cuando las diferencias entre quienes ganaron la alcaldía para el Partido de la Revolución Democrática y su “brazo armado”, el movimiento de deudores “El Barzón”, llevaron a la revocación de mandato.

En 1997 “la ola Cuauhtémoc” cuya liga de izquierda era la esperanza de cambios, hizo ganar a la, de nuevo, alcaldesa Sara Valle, quien no pudo conciliar intereses dispersos de quienes le ayudaron a tomar las calles y llegar a esa silla, enfrentando sus diferencias garrote en mano. Su propia gente lo desaprobó y combatió.

Aún se recuerda a Baltazar Terrazas, al doctor Vicente Pascual Rodríguez y otros luchadores, enfrentando a Tony el Chofer, o “El güero Pizero”, pero es largo enumerar a todos. Lo citable es, que quien controlaba el Ayuntamiento –ya aparecía Santiago Luna, el cuñado incómodo–, privilegiaron el apego material, no la ideología.

Con la fuerza pública quiso resolver todo, por eso las cosas terminaron en drama y ante la amenaza de algo peor, el Congreso estatal retiró del cargo a la señora Valle.

El secretario de Gobierno Genaro Encinas, vino y atestiguó la toma de Palacio por fuerzas estatales. Los funcionarios afines a la alcaldesa optaron por abandonar el edificio y no se les volvió a ver.

Así fue que el señor Encinas, en representación de los poderes estatales –gobernaba Armando López Nogales–, llamó al otorrinolaringólogo Pascual Rodríguez, lo llevó a la alcaldía y le tomó protesta.

“Es el sueño de mi vida”, expresó cuando le propusieron dirigir al Municipio gracias a su currícula impecable. Y terminó la segunda mitad de trienio en orden, para luego retirarse a su natal Michoacán.

Este resumen viene a la mente por lo ocurrido este jueves en Palacio. Cuánto parecido con aquellos hechos: la reincidente alcaldesa no está de acuerdo con su contralor, Rodolfo Valenzuela Barraza, por cuestionar retenes de alcoholimetría, y ordenó a su secretario despedirlo.

El vigilante de los recursos municipales respondió que su cambio debe resolverlo el Cabildo, así que le cambiaron la chapa a la puerta de su oficina y 3 agentes policiacos le sugirieron irse a casa. Pero dejado no es, así que lejos de amedrentarse, acusó amenazas recibidas y las hizo saber al Congreso, a la Policía estatal, a la cada vez más invisible Fiscalía Anticorrupción; llevó notario y cerrajero y 6 regidores le acompañaron a abrir la puerta y salvaguardar documentos de Contraloría que comprometen a funcionarios de pasadas administraciones… y de esta también.

Se pidió opinión a la alcaldesa sobre esta especie de “dejá vú”, pero no hubo respuesta.

La señora Valle riñe con regidores, rutina que nunca llega a mayores; riñe con funcionarios y la complicación comienza, crece cuando critica a empresarios y se “lopezobradoriza” al acusar a dueños de medios de comunicación por “chismear” que eleva el cobro del impuesto predial hasta por encima del 150 por ciento.

Puede llegar lejos este conflicto, que lo ha sido desde el primer día, con los guaymenses pensantes decepcionados del malestar persistente por la falta de obras, malos servicios y peor, expresarlo implica echarse encima a docenas de costosos defensores del oficialismo municipal.

Los regidores Ernesto Uribe, José Luis Portillo y Daniel Cardoso hacen cabeza con el Contralor; se suman varios de Morena y PT. Más complicaciones pues, para la señora Valle.

Y si bien el contralor Valenzuela Barraza demostró que “yo no soy ningún dejado”, no debe ignorarse el corolario de su expresión: “no te puedo decir más, pero sé que corro peligro”.

Es hora de prevenir, para no lamentar.

TIROS RÁPIDOS:

1.- Memes y fakes mil, en todas redes, anuncian campañas a todo lo que da.

El jueves hubo anuncios de nombramientos para coordinar tareas de partido, pronto desmentidos; igual más reuniones de grupos de todos tipos para remarcar que la gente de Sonora, mayoritariamente, está del lado de quien el morenismo busca llevar al cargo hoy ocupado con actividad ejemplar por Claudia Pavlovich y, por otro lado, surge la duda de la liga con el PT: Ana Guevara dejará la Conade para venir a buscar ese cargo.

Y políticos reuniéndose aquí y allá para hacer y deshacer alianzas, caso Ricardo Bours con el “Borrego” Gándara, única que daría buen resultado; Eduardo Bours con Antonio Astiazarán, para fortalecer lo anterior; padrecismo con morenismo, para revolver el agua; y panistas con priistas, liga inconcebible en el cercano pasado, al menos en forma abierta, hoy madurando.

Sobre esto mismo, en el puerto alguien vio salir al legendario chiapaneco César Augusto Santiago de un comercio de calle 18 y García López. Pensar qué fue por una ambarina de litro para atenuar el calor no era racional, para una figura como la del viejo experto en lides electorales hoy al servicio del MC.

En efecto, no fue a esa tienda. Salió de la oficina del reconocido abogado Cuauhtémoc Benavides, en visita de dos horas con entre cuatro y cinco personas más. Ya se sabrá qué platicaban.

2.- Vale la pena aplaudir el efecto “Claudia” sobre el ánimo del presidente López Obrador.

Aunque le criticaron la forma de pedir, la respuesta fue exitosa: terminarán el hospital de Hermosillo, harán mucha obra urbana y varias mejorías más, lo cual ocurrirá también en Obregón.

Qué envidia. En Guaymas, los que debieran gestionar andan de la greña en lugar de refinar su forma de gestión. Qué lástima.

3.- Algo nos tocó con eso de que quieren frenar la violencia en Sonora: confirman cuartel de la Guardia Nacional y ya adaptan 40 mil metros cuadrados en suelos del sector Ranchitos de San Carlos, lo cual aplauden prestadores de servicios, por la garantía de bienestar que eso representará para el turismo.

Mal que del hospital general del IMSS ya no se diga nada, pese al anuncio de construir nuevo inmueble –el actual data de 1959- con inversión de 1600 millones de pesos. Ojalá nuestro diputado federal nos dé la sorpresa cuando explique la aprobación del presupuesto federal 2021.