Hablemos de “Fast fashion”

Hablemos de Fast fashion

 

“Existe un sentimiento indescriptible que nos llena de euforia… esto sucede cada vez que entramos a la página de una tienda y en rojo se encuentran las ofertas; lo encontramos en el ventanal de nuestra favorite shop en todo su esplendor. En ellas, por fin encuentro esa prenda que no pude comprar en su momento, cuando todas las personas la querían, cuando estaba en tendencia, ¿fue hace un mes? ¿menos?. La amo desde el primer momento en que la vi y a partir de hoy estará en mi armario, así como otras miles de prendas más que no necesito pero que están en rebaja gracias al fast fashion

 

¿Cómo empezar por describir las tendencias? Son como estrellas fugaces en el cielo, pasan en un abrir y cerrar de ojos, y nuestro único deseo era que nos vieran con esa prenda y sentirnos a la moda, pero ¿te has preguntado de dónde vienen esas estrellas? o ¿a dónde van?. Nadie que conozco lo sabe, pero lo que sí podemos saber es de dónde provienen nuestras prendas y a dónde se dirigen, lo que en su momento fue tendencia.

 

Si hay algo de lo que estoy segura es que dentro de las industrias de la moda existe un proceso acelerado a la hora de realizar cada prenda pero que muchos de nosotros desconocemos. Lo último que pensamos al momento de comprar es de dónde viene,  porque el sentimiento indescriptible nos ganó.

 

Detrás de una tendencia existe una cantidad de ropa que fue seleccionada especialmente para ti y que viaja a gran velocidad solo para llegar a la sucursal donde seguramente se robará tu corazón. Lo que no sabes es que todas estas prendas que te seducen mes con mes son tan contaminantes como lo es el plástico, recuerdo que las tendencias eran por temporadas, sin embargo debido a este fenómeno que definimos como capitalismo las compras, el consumo y las ventas han sido tan aceleradas que las tendencias han salido mes con mes. Todo este proceso es tan acelerado que no podría dudar en que después se presentarán cada semana.

 

Si entramos en detalles las prendas que solían comprar nuestras madres, abuelas, las madres de nuestras abuelas… muchas de ellas iban heredando estas prendas que hoy en día adoramos tanto y a pesar del tiempo nos siguen acompañando como un recuerdo significativo. Por lo contrario nosotros ya no podremos heredar a nuestros futuros, pues las prendas que hemos estado adquiriendo han sido de tan mala calidad que no nos han acompañado ni dos años de nuestras vidas.

 

Es cierto… el fast fashion es un modelo que ha sido beneficioso para muchos de nosotros, puesto que las marcas producen ropa accesible para todos, pero ¿a qué costo? Compáralo con una relación tóxica y te darás cuenta que lo es. De un principio existe un sentimiento indefinible que nos eleva pero no es a tan solo dos meses que logramos aterrizar del primer daño puesto que se va desgastando la prenda o se trozó en la segunda ocasión que la usaste y sin darte cuenta ya entraste a un círculo vicioso donde es fácil ir a comprar otra prenda a bajo costo pero al mismo tiempo entraste en juego con tu estabilidad económica. Lo peor de todo es que no nos damos cuenta de a quien dañamos es al planeta ¿qué precio tendremos que pagar para entrar en esta realidad? ¿te has preguntado en dónde terminan todas esas prendas de mala calidad que hemos estado adquiriendo? Bueno, echa un vistazo a nuestro océanos; a nuestras tierras, muchas prendas fueron reutilizables pero las que no lo son se fueron quedando en algún lugar de nuestro planeta, dañándolo y agrediéndolo, tanto a él como a sus especies. En nuestro compromiso cae la responsabilidad de cuidar y proteger nuestro planeta.