México: libertad de expresión amenazada
México: libertad de expresión amenazada
El pasado lunes, uno de los carteles más violentos del país, hizo pública una intimidación directa contra Azucena Uresti, una de las conductoras más emblemáticas de Milenio Televisión, así como a Milenio mismo, a El Universal y a Televisa.
El temerario ultimátum llegó en el mismo formato como se envían mensajes los criminales, mediante un video intimidatorio donde la organización presume su capacidad de fuego y de inhibir la tarea periodística de los medios de comunicación entorno a Tierra Caliente, Michoacán, pero este fenómeno se ha repetido en otras partes del país.
Hace apenas unas semanas, en el municipio de Guaymas, a plena luz del día fue asesinado el periodista Ricardo López, propietario de del sitio en internet InfoGuaymas.
Los grupos que lanzan esta amenaza saben que pueden hacerlo por la impunidad que gozan. Durante años han intimidado a periodistas y medios de comunicación sin que ninguna autoridad del pasado o del presente, los haya frenado o sancionado.
Eso es consecuencia directa de la nula estrategia de seguridad por parte del gobierno federal, que más allá de combatir al crimen organizado, ha disparado la inseguridad y la violencia, pero, sobre todo ha empoderado a los criminales.
Si los criminales pueden organizar atentados como el que cometieron contra el Secretario de Seguridad Pública de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, en plena capital del país sin sufrir repercusiones, ¿por qué no amenazar a periodistas y medios porque no les gusta la cobertura que reciben?
Al empoderamiento criminal hay que sumarle la constante estigmatización que se hace a medios y comunicadores desde los más altos espacios de poder, especialmente en la conferencia mañanera del presidente. Quien ha dado claras muestras de su intolerancia a los medios de comunicación que lo cuestionan o critican.
No hay día sin ataques a medios, sin descalificaciones a periodistas, sin que una nota o un comentario que se considere crítico no sufra una coordinada y nada espontánea ola de ataques en redes sociales, casi siempre recurriendo sólo a la descalificación y el agravio, ignorando el debate, ajenos a cualquier idea.
México es uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo. Según la organización Artículo 19 durante los primeros 32 meses de gobierno de la 4T han sido asesinados 21 periodistas en el país.
Entonces, ¿cómo pueden mantener ese discurso de que los índices delictivos van a la baja en el país, gracias a la política de abrazos no balazos?. Sólo es eso, discurso.