Sigue Claudia, sigue. 

La que una vez fuera nombrada la primera priísta del estado, Claudia Pavlovich, es hoy el centro de la escena pública tras oficializarse el nombramiento que la coloca como la nueva cónsul de México en Barcelona. 

 

El círculo rojo se incendió con expresiones tan diversas que resulta un escenario digno de analizarse desde distintos frentes, ya que esta noticia causó malestar tanto para morenistas como para priístas, e incluso el PAN y MC tuvieron algo que decir al respecto. 

 

La incongruencia

 

La primera línea del análisis, que a mi consideración es la más importante, es la que representa el sentir ciudadano que otorgó su confianza al gobierno de Alfonso Durazo, mismo que durante su campaña se ocupó en señalar los malos gobiernos priístas y la corrupción exacerbante emanada de los mismos. Por supuesto, el sentimiento de “esperanza” en que este gobierno sería diferente se desmorona a un muy temprano inicio de sexenio. 

 

Lo anterior repercute directamente en la aprobación de Durazo, que lo pone entre la espada y la pared, la pregunta es quién es la espada y quién la pared.  Al Presidente le quedan menos de tres años en el poder, a Durazo seis, seguramente buscará el momento adecuado para reaccionar. 

 

La traición

 

En general, en el PRI reinó un sentimiento de indignación ante la noticia de que Claudia Pavlovich se unirá al gobierno de Andrés Manuel López Obrador y sacó a la luz viejos rencores hacia la ex gobernadora, ya que se le sigue señalando por el distanciamiento que tuvo del partido durante su mandato y porque todo parece indicar que este nombramiento representa el pago por haber entregado el gobierno del estado a Morena a cambio de su seguridad y de impunidad. 

 

Así, el discurso de traición se ha dejado ver entre aquellos priistas que alguna vez le aplaudían y veneraban, ahora la señalan y critican como la peor de las traidoras.  

 

Decepción en la granja

 

La decepción fue doble, tanto ajenos como propios, sobre todo las y los morenistas que no comulgan con la idea de aceptar a una ex gobernadora priísta en las filas de la 4T. Y es que acostumbrados al discurso de “no robar, no mentir y no traicionar” esta acción representa, sin duda, una traición a sus ideales partidarios, en especial, cuando toda la campaña de 2021 fue hecha en torno a la corrupción de Claudia y la exuberante deuda con la que dejó al Estado.  

 

En este sentido, Alfonso Durazo, no le quedó de otra más que felicitar a la nueva cónsul por medio de un tweet, con lo que la granja de morenistas se quedaron quietos y mudos ante el nombramiento e incluso Morena Sonora respaldó, mediante un comunicado, la decisión del presidente. 

 

Bien dicen que donde manda capitán, no gobierna marinero.

 

Todos llevan un priísta

 

También, es evidente, que la congruencia y ética política no es la base de ningún partido político, muchos menos de Morena, como hoy queda demostrado. Si no, ¿dónde están esos puros y castos morenistas, inflexibles y dueños de la verdad?, con hueso, muy bien gracias.

 

Los morenistas se dieron cuenta que no son tan distintos a los priístas. 

 

¿El astuto…

 

Recordemos que en política nada es casualidad y si algo sucede es porque fue planeado para que así sucediera. En este sentido es de reconocerse la astucia del AMLO para llevar a cabo su proyecto de nación. Por un lado, sigue articulando su estrategia de resquebrajar a la oposición y por otro, envía un mensaje directo sobre lo bien que puede irle a los líderes de oposición que se unen a su proyecto. 

 

No hay que olvidar en están en juego seis gubernaturas.

 

ó la astuta?

 

Le hemos dado a AMLO todo el mérito y en cada una de sus acciones insistimos en ver parte de un gran plan maestro.

 

Lo cierto es que Claudia Pavlovich se va por la puerta grande, el gobernador actual la congratula y reconoce, el Presidente de la República la premia con un consulado en Barcelona donde ganará incluso más que el mismo ejecutivo federal y según califican, es ahora intocable.  Legitiman así, al gobierno que tanto criticaron y Claudia sigue.  

 

El sistema democrático

 

Sin entrar en el tema de ideologías políticas, me parece necesario resaltar que trabajar en la administración pública, con todo lo que representa, es una labor que requiere de conocimientos, experiencia y vocación. Los gobiernos de todas las expresiones partidistas han tenido excelentes funcionarios públicos, y no veo porque no conservar a aquellos que puedan ser beneficiosos para la administración actual. 

 

La línea entre un partido y otro es cada vez más difusa, los actores políticos brincan de partido en partido priorizando sus proyectos personales y quien diga lo contrario, miente. 

 

En fin, la política avanza y con ello las estrategias para obtener el poder y si en aras de obtenerlo AMLO tendrá que emplear a todos los exgobernadores, así será.