Las letras chicas del subsidio a las gasolinas en México
A casi un mes de la invasión rusa a Ucrania, el precio de los energéticos ha comenzado a causar estragos en la economía familiar de la mayoría de los países a lo largo y ancho de la geografía mundial. Rusia exporta el 10% del petróleo que se comercializa en el mundo y es el principal proveedor de gas natural de Europa; por si fuera poco aún no nos recuperamos de los estragos que dejó la pandemia del COVID-19 en materia económica.
El 8 de marzo, Estados Unidos prohibió la importación de hidrocarburos rusos; sin embargo, el barril de petróleo ya llevaba varios días por encima de los 100 dólares y el gobierno de México anunciaba medidas extraordinarias por contener la escalada de precios.
Previo a un análisis de las implicaciones del contexto global hay que subrayar que el precio del petróleo se determina en los mercados financieros internacionales, no depende directamente de la política económica de ningún país.
Ahora, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público eliminó por segunda semana consecutiva el cobro del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a gasolinas en territorio nacional.
Lo mismo ocurrirá en la semana del 19 al 25 de marzo, ya que el estímulo fiscal para los consumidores mediante el IEPS a gasolinas será de 100% tanto en los litros de Magna, que es la de mayor venta, como en Premium y en diésel.
Esta decisión implica que la Secretaría de Hacienda dejará de recaudar esta semana 5.49 pesos por cada litro que se venda de la gasolina Magna, 4.63 pesos por litro de Premium y 6.03 en diésel.
El Gobierno de México “presumió” en sus redes sociales que el precio de la gasolina en el país era uno de los más baratos del continente, sin embargo, los estímulos fiscales le dan una mejor posición respecto a otros países que no otorgan este tipo de subsidios.
De acuerdo con datos del sitio Global Petrol Prices (la misma fuente utilizada por el Gobierno de México), el precio promedio de la gasolina regular en México durante el 14 de marzo fue de 23.07 pesos por litro, lo que lo ubicó como el onceavo país (de una muestra de 33 países) en ofrecer las gasolinas más baratas del continente americano.
Si al precio de la gasolina que se ofrece actualmente en México se le quitara el estímulo fiscal otorgado por Hacienda, el litro de gasolina tendría un costo de entre 28 y 29 pesos, lo que ubicaría al país entre los 10 más caros del continente.
Podríamos evaluar que el subsidio del 100% en el IEPS a gasolinas pudiera ser una medida sostenible a corto y mediano plazo en la contención de los precios de hidrocarburos; este impuesto representó poco más del 1% del PIB en 2021, pero con tan bajos ingresos públicos, ¿será sostenible el estímulo adicional?
Según estimaciones de analistas esto tiene un costo de 18 mil millones de pesos a la semana. De permanecer esta política para el resto del año, la SHCP dejaría de recaudar la cantidad de aproximadamente 330 mil millones de pesos, si se extiende en lo que resta del año.
Esta cifra es más de cinco veces el presupuesto de este año para el Tren Maya, obra a la que se destinó la mayor cantidad de dinero en el presupuesto de egresos 2022; o equivale a un poco menos del presupuesto que tendrá la Secretaría de Educación Pública para este año. De ese tamaño es el subsidio anunciado por el Gobierno federal.
El incremento de precios de la gasolina a principios de 2017 casi provoca un motín por parte de la entonces oposición. Fue uno de los principales bastiones de la campaña de López Obrador hacia la Presidencia. AMLO prometió durante su proselitismo que nunca sucedería eso con su gobierno.
Luego, ya en el gobierno, dijo que no subiría más que la inflación. En las últimas semanas algunos de los precios de los productos de la canasta básica en México han triplicado sus costos, alcanzando un máximo récord histórico y la inflación se encuentra por encima del 7% en todo el país.
Ya veremos cuánto tiempo aguanta el Gobierno Federal con esta medida. Sí que le va a salir caro si lo quiere mantener por más tiempo.
Entre tanto, el Presidente está atrapado entre los precios que tiene que pagar por la gasolina, los impuestos que no puede cobrar y su promesa de que acabaría con los gasolinazos. Pero desafortunadamente es muy probable que se avecine un gasolinazo del tamaño de la invasión de Ucrania.