Letras doradas, Morena y la soberbia legislativa
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Por Solangel Ochoa
La semana pasada se presentó la iniciativa que pretende colocar en letras doradas en el Congreso de Sonora el nombre de la primera diputada mujer electa como en el año de 1955, María de Jesús Guirado Ibarra.
La iniciativa que presentó la diputada Rosa Elena Trujillo de Movimiento Ciudadano, pretendía colocar por primera vez el nombre de una mujer destacada en el recinto legislativo. Para darnos una idea de lo trascendental del asunto y la importancia de lo simbólico, este Congreso en 191 años de existir, jamás ha colocado el nombre de una mujer en sus paredes.
Ustedes me pueden decir que esta es la “legislatura de las mujeres”, sin embargo, la iniciativa no fue de obvia resolución y se mandó a comisiones. Resultaron absurdos los argumentos de la bancada de Morena para no pasarla, en especial el posicionamiento de Ernestina Castro que alegaba que había muchas mujeres importantes en la historia, eso nadie lo niega diputada, el problema es que incluso, en la narrativa las mujeres seguimos confrontándonos unas a otras por un lugar.
¿Quién mejor que la primera diputada electa, que abrió brecha para que más mujeres aspiren a obtener un curul en el Congreso, para estar en ese recinto? En fin, esta situación sólo dejó de manifiesto tres realidades importantes.
La primera y más urgente, parece que a Morena se le olvida que ser el bloque mayoritario no necesariamente implica que nos representa a todas y todos los sonorenses. La democracia se construye con las minorías y esas minorías representan intereses de muchas y muchos sonorenses. (La ciudadanía tiene otros intereses más allá que el día del caballo o las cabalgatas oigan)
Parece que lo que quieren es que nadie más brille, lo cual es un absurdo, por el hecho de querer opacar el trabajo de otra diputada, nos quitan a la ciudadanía la oportunidad de ver en el recinto reflejados nuestros intereses. Tal vez no necesiten a la oposición para pasar sus iniciativas, pero al no tener la capacidad política de diálogo, les resta legitimidad y seriedad legislativa. ¡Qué pena!
La segunda, parece ser que la parálisis legislativa que vive el Congreso se debe, en gran medida, a que la comisión más importante, por la que deben pasar a discusión todo lo que se sube al pleno, pues simplemente no sesiona. Y lo que es más serio aún, la Comisión de Régimen Interno y Concertación Política, dígase la madre de las comisiones, no sólo no sesiona porque la diputada presidenta, Ernestina Castro no llama a la sesión, sino que es su jurídico el que se reúne con los otros jurídicos para “avisarles” lo que va a o no en la sesión del pleno. ¡Hagánme el favor!. Se les paga a los diputados para que “sesionen» sus jurídicos.
La tercera cuestión es ¿dónde quedó el “Parlamento abierto”?, porque esas “sesiones” de jurídicos no se han publicado en el Canal del Congreso, que dicho sea de paso, ni siquiera es el jurídico del congreso el que sesiona sino su jurídico particular.
La diputada Ernestina por sacarle la vuelta a los asuntos que deben de verse en la CRIP, incluso hace gala del uso de la tecnología, ya que, realiza acuerdos por medio de Whatsapp, mandando información a sus homólogos para que no tengan oportunidad de ver otros temas de trascendencia fuera de los acuerdos que vendrán en el siguiente orden del día. La principal comisión carece de acuerdos políticos, como su nombre lo dice. ¡Esto no sólo es preocupante sino de urgente y obvia resolución!